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Escoge tus palabras: las palabras habitadas

Hoy en Coruña Coaching  quería hablarte de algo muy bonito y potente que escuché la semana pasada en el Five Inspiration Forum recogido en este post: Escoge tus palabras: las palabras habitadas.

Me encantó asistir al evento, disfruté mucho  de las ponencias y haber conocido en persona a Daniel Goleman fue un sueño cumplido. La organización fue fantástica y me hace súper feliz que por fin se organicen eventos de este tipo en Galicia.

Me emociona además el hecho de que cada vez haya más conciencia e información sobre todo lo que tiene que ver con el crecimiento y desarrollo personal.

Así que estoy deseando que llegue el año que viene y te animo a que si no has asistido lo hagas en el próximo. Merece mucho la pena, de verdad.

Y fue en la ponencia de Luis Castellanos (no lo conocía, he de ser sincera) donde oí hablar de las palabras habitadas.

Ya sólo el nombre del concepto me enamora…¿A ti no?

El trabajo de este filósofo, investigador, escritor y conferenciante se centra sobre todo en el estudio y el uso del lenguaje positivo como herramienta de cambio y bienestar tanto a nivel personal como profesional.

Pero no quiero reproducirte sus palabras, porque para eso ya está él. Quiero compartir contigo con qué me he quedado yo y para qué creo que puede ayudarte.

No es la primera vez que te hablo por aquí sobre cómo las palabras que utilizas y cómo te hablas a ti misma influye en aspectos tan importantes como tu autoestima, tu capacidad de cambio y de gestión emocional y tu salud, física y mental.

Cada vez hay más estudios al respecto y la ciencia ya es capaz de demostrar que nuestro lenguaje y pensamientos producen cambios físicos (que se pueden observar y contrastar) en nuestro cerebro.

Dicho todo esto, comencemos a hablar de las palabras habitadas.

Hablamos desde muy pequeñitos. Y las palabras llegan a nuestra vida en primer lugar como un vehículo a través del cual poder comunicarnos con los demás.

Pero hay mucho más, no se quedan ahí.

Las palabras están vivas. Tienen contenido. Tienen alma, energía y trascendencia. Las palabras contienen emociones y sentimientos. Son capaces de alegrar un corazón y también de hacer mucho daño.

Habitar las palabras es darles conciencia, sentido y significado. Es vivirlas plenamente.

Y el problema está en que vamos por la vida soltando palabras por la boca totalmente inconscientes y sin darles el valor que tienen.

Hablamos sin parar. Pero no habitamos las palabras que decimos.

Ni las que nos decimos a nosotros mismos ni las que les decimos a los demás.

 

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¿Qué podemos hacer para que nuestras palabras sean habitadas?

 

Primero como siempre, hay que ser consciente. Observar qué pensamos y decimos. Sin juzgarnos ni obsesionarnos.

Y el siguiente paso es elegir nuestras palabras.

 

¿Y qué quiere decir elegir las palabras?

 

Pues de la misma forma que antes de salir de casa elegimos la ropa, el calzado, el peinado, o el perfume que nos vamos a poner, también podemos decidir qué palabras queremos habitar hoy.

Te pongo varios ejemplos:

  • Si hoy elijo la paciencia, voy a habitar, a vivir plenamente en la paciencia. Voy a darle el sentido a la palabra. Y lo haré cuando se me presenten situaciones en las que tenga que echar mano de la misma.
  • Si hoy elijo la comprensión, voy a habitarla. Voy a ser comprensiva y a darle uso real y sentido. Voy a vivirla.

Y así con todas las demás.

  • Si digo un Te quiero que sea vivido, sentido, habitado.
  • Si voy a decirle a alguien algo que no me gusta de su comportamiento, elegiré con cuidado mis palabras porque algunas pueden hacerle mucho daño.
  • O si a quien me dirijo es a mi hijo/a seré más cuidadosa. Es una forma no sólo de no herirle sino de enseñarle desde pequeño a que habite sus palabras.

 

La clave está como en cualquier herramienta de mejora personal en la práctica, en ir entrenándonos día a día.

Y ello nos permitirá elegir un lenguaje positivo que nos aporte energía vital y bienestar. Que influya positivamente en nuestra vida. Que mejore nuestra comunicación con nosotros mismos y con los demás y eso haga a la vez que mejoren los resultados que esperamos obtener. Y que mejore nuestra salud.

Todos sabemos que el deporte o el ejercicio influyen positivamente en nuestra salud física y mental. Hoy en día una gran mayoría de la población en mayor o menor medida hace algún tipo de ejercicio. Algo impensable hace no tantos años.

Sabemos que trabajando nuestro cuerpo cambiamos además nuestra mente.

Pero en comparación, todavía queda un buen trecho para que seamos conscientes de lo mismo, pero a la inversa. De que trabajando nuestro lenguaje, pensamientos y emociones también estamos produciendo cambios fisiológicos que afectan a nuestra salud.

Por eso esto que comparto contigo hoy me parece tan importante. Igual que cuando te hablé de cerrar el episodio, ¿lo recuerdas?

Una forma práctica y divertida que se me ocurre para que empieces a hacerlo es elaborar un listado de aquellas palabras positivas, inspiradoras o empoderadoras que quieres incorporar a tu vocabulario y a tu vida. Y a partir de ahí empezar a habitarlas.

Algo que puedes hacer incluso en familia, como un juego, con tus hijos, tengan la edad que tengan. ¿te animas?

Y esto es todo por hoy en Coruña Coaching. Espero que Escoge tus palabras: las palabras habitadas te permita ser más consciente de tu lenguaje para mejorar tu vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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